Cada vez que iba a que le depilasen, todas las trabajadoras del centro pasaban a verle desnudo. "Control de calidad", decían, "tenemos que asegurarnos de que el trabajo está bien hecho". Él no sabría decir si aquello era una actitud muy profesional por su parte o todo lo contrario. En cualquier caso, estaba claro que ellas lo hacían encantadas, y a él le costaba no tener una erección allí mismo al sentir sus miradas en todas y cada una de las partes de su cuerpo.
no hay nada mejor que un buen control de calidad.
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